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Esto se debe a la intención de la entrevista que dio este lunes, donde «ninguneó» a Wado. Al mismo tiempo, Massa, De Pedro y Olmos son que negocian los términos de la premiera reunion. Expectativa por reacciones del cristinismo.

“Yo se con quien puedo gobernar y con quien no. Yo gobierno con los que puedo gobernar”Dijo el Presidente de la Nación, Alberto Fernández, ante una sorprendida María O’Donnell, quien lo entrevistó ise lunes en la radio Urbana Play.

En la nota periodística, Fernández admitió que no habla con alguno de sus ministros. Sin nombrarlo, la referencia era para Wado de Pedro, el camporista de diálogo cotidiano con Cristina Elisabet Kirchner que ya no se habla con su jefe en la administracion nacional.

O’Donnell preguntó a Fernandez qué sentido tenía tener ministros con los que no hablaron «por meses» y la respuesta fue aún más sorpresiva: “No tengo idea, yo soy presidente. Con el presidente hablo todos los días”dijo alberto quien se rio tambien de su respuesta.

Pero más allá de haber mostrado exaltado en algunos momentos de la entrevista radial, el Presidente quedó satisfecho por la nota pues cumplió su objetivo: «Le quería mostrar los dientes a Cristina ya los pibesya no quiere dejar pasar ninguno, como hacia antes. Está convencido de que debe haber un bloque diferente al cristinismo que tenga un candidato a Presidente, sea el o sea a gobernador. O Daniel”, explicó uno de los hombres que con mayor frecuencia es jefe de Estado y que pone en la lista de posibles candidatos presidenciales al inoxidable Daniel “Pichichi” Scioli.

Ahora, el Presidente se concentra en hechos posteriores. Primero, una cena con intendentes de la Primera y Tercera secciones electorales de la provincia de Buenos AiresLos que protagonizaron días atrás, un cónclave del que Alberto fue excluido y en el que participaron Sergio Tomás Massa, Máximo Kirchner, Axel Kicillof y Wado de Pedro en la localidad de Merlo.




Axel Kicillof y Máximo Kirchner con ministros e intendentes, antes de un cónclave en Merlo

Y luego, apuntará a la foto del próximo sábado de la «mesa política» que, seguramente. Estará en Chapadmalal donde están las residencias veraniegas del Presidente y del gobernador bonaerense. Alli, habra una «imagen familiar» con la presencia del jefe de Estado; del cuatro a seis gobernadores: la CGT y las organizaciones sociales peronistas. Y una representación de La Cámpora, con Wado de Pedro y algún directo más, como podría ser Andrés «Cuervo» Larroque. Tal vez allí, vuelvan a «hablar» Alberto y el ministro del Interior.

Esta mesa será con muchas sillas a su alrededor, lo que hará que resulte «deshilachada», sin logros concretos ni acciones que permitan ordenar el esquema electoral que el peronismo necessita par no ir a una elección catastrófica en la compulsa presidencial.

Para esta calma momentánea, Resultó clave el «silenzio stampa» que ordenó Cristina Kirchner. El vicepresidente osciló. Por momentos, quiere ensuciar a cruzarlo al Presidente de la Nacióncada vez que profundizó su ofuscación con el hombre al que eligió para encabezar, en 2019, la fórmula presidencial del Frente de Todos.

Pero en otras oportunidades, ve el abismo económico y electoral al qu’asoma la coalición peronista gobernante y pide frenar. «Ordenemos un poco esto, paremos», fue la orden que les dio, 60 días después, ha conocido a los archivos De Pedro y Larroque. La era dejar de causar daño tiene un peronismo que se convierte (al igual que Juntos por el Cambio) en una dinámica interna de pelea que en la sociedad solo genera malestar por la distancia con la realidad social y económica de los argentinos. Pero luego, los sucesos por la vista de Lula Da Silva a la Argentina, detonaron esa tregua, luego de que el brasileño no visitara a CFK en el Senado, y de que Alberto no sumara al ministro camporista a un evento de derechos humanos de la CELAC.

Cristina observó esta pelea interna pero sigue con sus dos agendas, la legal y la económica. La primera, con su obsesión por sus cuestiones -y la de sus hijos- ante la Justicia. Por el segundo, ela jefa del Senado sigue día a día la gestión del ministro que sucedió a Martín Guzmán y chequea esos datos con Axel Kicillofsu elegido para la pelea bonaerense por la gobernación pero que no perdió su cetro de gurú económico de la ex presidenta.

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