Siempre pensó –fíjese que retorcido soy– que el verdadero mérito de las subidas del SMI recae en quienes lo pagan, mucho más que en quienes lo decretan. Al final, para estos solo se trata de manosear el BOE, mientras que aquellos están obligados a generar los ingresos necesarios para pagarlos. El informa a Cepyme que conocimos ayer nos muestra de manera bien clara los problemas que aparecen adjuntos a las subidas. Desde 2016, el SMI ha aumentado hasta el 64,6%, lo que arrastra a los salarios inmediatamente superiores y eleva las cotizaciones sociales entre a esas subidas. De eso casi nadie se acuerda cuando se analizan sus efectos. Otro motivo de preocupación es la relación entre el salario y la productividad. En general, todos conocemos con precisión lo que recibimos, un cálculo que acostumbramos a minimizar, mientras que solo pasamos por alto el cálculo de lo que aportamos, que además solemos exagerar. Debido a este mismo período de tiempo, la productividad se ha reducido en un 3,6%. Una situación que no es sostenible. Como ninguno estamos dispuestos a tolerar la mínima merma de salario, todos debemos esforzarnos por que nuestro trabajo sea más productivo cada día. An esfuerzo que recae sobre los hombros de trabajadores (formación y esfuerzo) y empresarios (estrategia e inversión). Algo de todo esto debería estar en la mente de la vicepresidenta Calviño cuando mostró su preocupación y reclamaba prudencia ante la última subida del SMI. Un pulso que se perdió ante la necesidad de dar respiro a sus compañeros de Podemos, acorralados por los efectos del esperpento de la ley del ‘solo sí es sí’. ¿Ha sido imprudente la subida? Depende de la posición del juez. Si se trata de cobrarlo, ha sido una subida timorata. If se trata de pagarlo, es una cantidad peligrosa porque arrastra a otros conceptos de los costes laborales en un momento de dudas e incertidumbres. El estudio de Cepyme aporta luz sobre las causas de esta situación. y entre ellas destaca el tamaño mínimo de nuestras empresas, mucho menos que el habitual en nuestro entorno europeo. El tamano. aquí sí que importaba. En especial para incorporar talento, aplicar I+D y actuar como necesaria presencia internacional, etc. Este es un problema tradicional que los gerentes tienen que resolver. El Gobierno quiere facilitar y no entorpecer el crecimiento de los empresarios, pero nada se hará sin el convencimiento de su necesidad y la voluntad decidida de los empresarios. Tarea para decadas.