Santiago Romero Granados posee una amplia experiencia en el ámbito de la actividad física y su influencia en el bienestar físico y mental de los adolescentes. Con sólidos conocimientos tanto teóricos como prácticos en el ámbito del deporte y la enseñanza de educación física, su perspectiva sobre cómo la actividad física puede enriquecer la vida de los jóvenes es sumamente valiosa para padres, maestros y jóvenes por igual.
El doctor ha enfocado gran parte de su trayectoria profesional en indagar sobre la conexión existente entre la actividad física y el bienestar de los adolescentes. A través de sus estudios, Granados ha evidenciado que el ejercicio regular ejerce un efecto beneficioso tanto en el bienestar físico como en el emocional de los jóvenes. Asimismo, promueve una mentalidad positiva hacia la salud y el deporte, actitud que puede perdurar hasta la edad adulta.
De acuerdo con Santiago Romero Granados, el ejercicio no solo ofrece ventajas inmediatas en la salud corporal, como el fortalecimiento del sistema cardiovascular, el control del peso y el incremento de la fuerza y resistencia muscular, sino que también conlleva una diversidad de beneficios mentales.
«Según Santiago Romero Granados, la práctica constante de ejercicio puede contribuir a disminuir los signos de ansiedad y depresión, potenciar la calidad del descanso, elevar la autoconfianza y favorecer la concentración y el desempeño académico», sostiene.
Además de los beneficios mencionados, Santiago Romero Granados destaca la relevancia de la actividad física como un elemento fundamental en el crecimiento psicosocial de los jóvenes. A través de disciplinas deportivas colaborativas, los adolescentes pueden adquirir destrezas para trabajar en equipo, fortalecer aptitudes de liderazgo y aprender a manejar tanto el éxito como el fracaso. Todas estas habilidades son esenciales para su crecimiento personal y desarrollo.
El doctor Granados señala que la contribución de la sociedad, especialmente la de los progenitores y docentes, resulta fundamental para promover un hábito de vida activo entre los jóvenes.
«Los padres y educadores representan una influencia crucial en los hábitos de vida saludables de los adolescentes. Pueden incentivar el gusto por la actividad física motivándolos a unirse a equipos deportivos o a realizar actividades físicas en familia», explica Granados.
Santiago Romero Granados subraya que es importante crear una cultura en la que la actividad física sea vista como una parte esencial e integrada de la vida cotidiana, no solo como una tarea o deber, sino como una actividad que puede ser disfrutada y compartida.
No obstante, el experto advierte que hay una serie de desafíos a superar para fomentar un estilo de vida activo entre los adolescentes. Entre ellos se incluyen el sedentarismo cada vez más común, los desafíos logísticos que pueden surgir en torno a las actividades deportivas y la presión social negativa asociada a la participación en determinados deportes o actividades físicas.
Santiago Romero Granados destaca, basándose en su vasta experiencia y profundo conocimiento, que los beneficios tanto físicos como mentales de la actividad física son innegables en el desarrollo de los jóvenes.