Para algunos, es obvio: tarde o temprano, Francia tendrá que aumentar los impuestos. Economistas, reguladores y políticos en parte están haciendo el mismo análisis: para responder al deterioro de las finanzas públicas y la subida de los tipos de interés, el regreso de la guerra en Europa, las necesidades sanitarias o educativas, o incluso la financiación de la transición ecológica, nuevos recursos serán necesarios, que un mayor crecimiento o una posible reducción del gasto público no podrían proporcionar.
“Ante la magnitud de las inversiones a realizar para la transición ecológica y para la reindustrialización, el gobierno puede no tener otra alternativa que aumentar las tasas obligatorias”así juzga François Hollande en una entrevista en Desafíospublicado el 16 de febrero, señalando que los impuestos locales ya han comenzado a subir, y que el «lo que sea necesario» hace poco realista un ambicioso programa de reducción del gasto. El expresidente socialista da sus sugerencias de pasada: elevar el último tramo de la escala del IRPF al 50%, acercar el IRPF a la contribución social general (CSG), y gravar los dividendos y los dividendos de las plusvalías bursátiles.
El análisis lo hacen casi en los mismos términos varios economistas o banqueros interesados. “Cuando identificamos los temas en los que debemos gastar más -educación, salud, defensa, transición ecológica- llegamos fácilmente a dos puntos del PIB [60 milliards d’euros], detalla el economista Jean Pisani-Ferry, profesor de economía en Sciences Po, e involucrado en la campaña de Emmanuel Macron en 2017. La dificultad es que cada vez que intentamos reducir el gasto, volvimos con las redes casi vacías. Como resultado, surge inevitablemente la cuestión de los impuestos, incluso si ya son altos en Francia. »
Comentarios similares de Olivier Blanchard, ex economista del Fondo Monetario Internacional, o Philip Lane, economista del Banco Central Europeo, quien en septiembre de 2022 llamó a los Estados a financiar sus políticas de apoyo a los hogares. “por mayores impuestos a las grandes rentas, o a las empresas” encomiable, a pesar de la crisis energética. «No soy para nada de los que dicen ‘Un buen impuesto es un impuesto quitado'», finalmente abundó el gobernador de la Banque de France, François Villeroy de Galhau, el 9 de febrero, el 2 de Francia. Antes del lanzamiento: «Vamos a parar (…) la carrera por bajar los impuestos en este país, sobre todo con los déficits que tenemos. »
Te queda el 68,2% de este artículo por leer. Lo siguiente es solo para suscriptores.