“Estamos muy golpeados por la crisis. En el otoño de 2022, decidimos colectivamente establecer cuotas de producción y reducir nuestros volúmenes en un 20 %”., testifica Jérôme Jacob, criador de cerdos en Quimper (Finistère) y presidente del grupo Bretagne Viande Bio (BVB), que reúne a 24 criadores de cerdos. La parte más difícil, dice, fue negarse a abrir el círculo a un agricultor orgánico recién convertido. “Tuvimos que decirle que teníamos que elegir entre él o todo el grupo de criadores. Al extenderlo en el suelo, nos preservamos », él añade. El Sr. Jacob también explica que un agricultor afiliado a BVB se vio obligado a abandonar la certificación orgánica.
Este ejemplo ilustra la aguda crisis por la que atraviesa la agricultura ecológica. Una situación a vincular a la brutal desaceleración del consumo francés. Si los signos de ralentización ya eran perceptibles en 2021, en 2022 se han incrementado. “Cerca de 600 millones de euros se han evaporado en un año, y el mercado ecológico ha caído hasta los 12.076 millones de euros”dice Laure Verdeau, directora de la Agence bio, una estructura pública encargada de coordinar el ecosistema orgánico. “Resultado, la proporción de orgánicos en la dieta de los franceses ha caído del 6,4% al 6%”ella se arrepiente
Según cifras difundidas el jueves 1oh June by Agence bio, los franceses ponen menos productos estampados con la flor blanca sobre un fondo verde en sus cestas cuando compran en los supermercados. La réplica de las ventas en supermercados alcanzó el 4,6%. Sin embargo, las grandes marcas siguen siendo el principal canal de comercialización ecológica, con un 53% del total.
Degradación a convencional
Los clientes fieles de tiendas especializadas como Biocoop o La Vie claire también miraron el gasto. Pagaron un 8,6% menos en estas marcas. Otra mala noticia, la cuota de alimentos orgánicos en la restauración, ya reducida al mínimo, se ha reducido aún más, del 2% al 1%. Los únicos puntos positivos, destacados por la Agence bio en su informe anual, son el buen comportamiento de la venta directa, que aumenta un 3,9%, y las ganancias de cuota de mercado en la restauración colectiva, con un incremento del 18%. Pero esto no permite compensar el vacío del mercado.
Esta brutal desaceleración, que es particularmente notable en 2022, después de años de crecimiento de dos dígitos, ha tomado a todos los jugadores orgánicos con el pie izquierdo. Todos los sectores, huevos, leche, cerdo, frutas y verduras como cereales, están empujados. “Hemos pasado de producir 630 millones a 1.300 millones de litros de leche en cinco años”subraya Nathalie Delagnes, criadora en Aveyron con 50 vacas lecheras y presidenta de la cooperativa Biolait, que recoge en todo el territorio nacional.
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