Después de Minsk, en Bielorrusia, hace cuatro años, es el turno de Cracovia y la región de la Pequeña Polonia de albergar la tercera edición de los Juegos Europeos. Estos “Juegos Olímpicos” en miniatura, a escala continental, son una excelente vuelta de calentamiento antes de la reunión del verano de 2024 en París.
Para los atletas presentes, habrá en este caso calificaciones que buscar para la fecha límite parisina en diecinueve de las veintinueve disciplinas combinadas. Sin embargo, esto no afectará ni a los atletas rusos ni a los bielorrusos, condenados al ostracismo tras la invasión rusa de Ucrania. Una decisión que la asociación de Comités Olímpicos Europeos y el Comité Olímpico Polaco habían anunciado a finales de 2022.
“Ucrania es nuestro vecino, y la guerra se desarrolla cerca de casa, con repercusiones tangibles para el pueblo polaco. Polonia ha acogido a tres millones de refugiados ucranianos. Solo podíamos imaginar las delegaciones del agresor capaces de competir en los Juegos encarnando la unidad y la tolerancia”, explicar a Mundo Marcin Nowak, presidente del comité organizador de estos Juegos Europeos.
“Los ucranianos están privados de una vida normal y no tienen la oportunidad de entrenar. Sin mencionar el hecho de que muchos atletas murieron en los ataques rusos”. justificar aún más al ex velocista, lo que asegura que la decisión logre consenso en el país. E incluso más allá, ya que los ministros de deportes de los tres países bálticos y de Polonia, en una declaración conjunta del 2 de febrero, condenaron “Esfuerzos para permitir que los atletas rusos y bielorrusos participen en competiciones deportivas internacionales bajo el pretexto de la neutralidad”.
Tensiones con la Federación Internacional de Esgrima
Apuntaban así al Comité Olímpico Internacional (COI), que, tras pedir la exclusión de rusos y bielorrusos al inicio de la guerra de Ucrania en 2022, cambió de discurso a principios de este año. La organización, con sede en Lausana (Suiza), pidió a finales de marzo a las federaciones deportivas internacionales que acogieran a estos mismos deportistas de forma individual, bajo una bandera neutral, excluyendo a los que conducirán a la guerra en Ucrania como a los que un contrato obliga al ejército oa los servicios de seguridad.
Algunas federaciones han seguido esta recomendación, como la Federación Internacional de Esgrima (FIE). Polonia iba a organizar una etapa de la Copa del Mundo de florete femenino a finales de abril. Pero el país exigió a los atletas rusos y bielorrusos una declaración condenando la guerra en Ucrania. Una condición que la FIE consideró inoportuna, y así lo hizo saber. La federación polaca, negándose » convertirse en vasallo, de acuerdo con sus términos, canceló el evento.
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