A punto de cumplir 36 años ya casi 18 de debutar en el club, Frasquito le cuenta a Clarín cómo vivió su primer título y que le puede aportar al equipo de Fernando Gago.

Maximiliano Moralez nunca va a crear. Sus 159 centímetros, tan llamativos para el fútbol de élite ya no van a cambiar cuando el futbolista nacido en Granadero Baigorria está a punto de cumplir 36 años. Pero el cuerpo no miente y avisalas sienes y la barba plateada por las nieves del tiempo denotan que Frasquito lo único que tiene de chico es el envase. En su regreso a Racing fue la figura de la final ante Boca y después de casi 18 años desde su debut, modificó su primer título en La Academia.

«La verdad que es algo soñado»confiesa con una sonrisa en la charla con Clarín en los pasillos del Estadio Hazza Bin Zayed en Al Ain, en Emiratos Árabes Unidos.

Lo que creció es el juego de Moralez. Porque no es más ese delantero explosivo y encarador que se vio en su primera etapa en el club o en su exitoso paso por Vélez. Ahora es quien conduce al equipo. «Cuanto más grande te ponés, más para atrás te van tirando. No creo que juegue de central por la estatura, pero quién te dice ahora el fútbol es muy dinámico»bromo.




Facundo Roncaglia lucha por el balón con Maximiliano Moralez. Foto: REUTERS/Satish Kumar

moralidad demostró en el Al Ain que es un jugador de jerarquía. Cuando la noche se presentó adversario para Racing por el gol de Facundo Roncaglia, Frasquito frotó la lámpara y dejó mano a mano a Johan Carbonero para el 1-1. Rápidamente, el equipo de Gago estuvo en déventaja por apenas unos minutos y eso le dio aplomo para después controlar el partido y pudo definirlo con el penal de Gonzalo Piovi sobre el final.

Pero cuando el partido se aplacaba o Racing no encontraba los caminos, parecía que Moralez el que rompía con la monotonía y sacaba a su equipo del pozo. Un pase, una gambeta para mostrar el camino. «Se dio el resultado que queríamos en un partido por momentos bien jugado, por momentos luchado. Lo controlamos bien. Reaccionamos rápido después del gol de ellos»analizar.

«Me he bien y he tratado de aportarle al equipo lo que me ha pedido sentido el técnico. Estoy feliz. Creo que pegue la vuelta para eso«. La vuelta de Moralez se agravó en 2005 con el inicio de la mano de Guillermo el Tiburón Rivarola, en cuanto marcó más en el club y en su momento, marcó en el Belgrano de Córdoba en 2008, por la Promoción, por dejar a Racing en Primera División. Después, Vélez, cinco temporadas en el Atalanta de Italia, León de México y New York City de la MLS de Estados Unidos.

Moralez destaca sus años en Italia para formarse como un futbolista táctico. Y analiza que en el fútbol actual la figura del enganche -su posición natural- ya no existe. Que se tuvo que adaptar un convertidor en un interno con pase-gol (como el que le dio a Carbonero), en un doble cinco o también en un extremo. Lo que quedó claro en Al Ain es que sabe jugar y leer el juegoestá rápido para tomar decisiones (casi siempre acertadas) y entiende cuándo hay que frenar y cuándo acelerar.

Moralez lució muy activo durante los 95 minutos que apareció el partido en Al Ain.  Foto: AFP


Moralez lució muy activo durante los 95 minutos que apareció el partido en Al Ain. Foto: AFP

En esta misma dirección opinó Fernando Gago, el entrenador del equipo: «El partido de Maxi fue muy bueno. Hace muy poco que está trabajando con nosotros. Creo que la calidad que tiene y la experiencia nos van a dar ese plus para este estilo de partidos. Sabe manejar muy bien el ritmo de juego», explicado antes de la consulta Clarín. Y añadió: «Es un chico que tiene muchas ganas, volvió con una ilusión muy grande y que en su primer partido en la vuelta haya conseguido ganar un título es muy importante para él», dijo el DT que es apenas 10 meses mayor que el futbolista que optó por reforzar una planta que requería de un chofer.

Moralez además se muestra bien desde lo físico, aguantó los 95 minutos con un buen ritmo y la intensidad alta. La experiencia también le permite ser inteligente para regular cuando es necesario y recuperar el aire; or quemar los músculos para encontrar los espacios cuando el rival se mostró vulnerable. Lo cierto es que los mejores momentos de Racing en la final de la Supercopa ante Boca se vieron cuando el Frasquito llevaba la pelota. Todo eso tras apenas una semana de trabajo con el equipo. Jerarquía pura para llegar, ponerse la camiseta, jugar, ser figura y lograr su primer título con el club que lo formó.

El festejo de Moralez en el campo de juego es medido. Celebra y sonríe con sus compañeros, besa la copa y disfruta. Su esposa entra al campo de juego con su hijo y sus dos hijas. Se abraza con su compañera, que le saca dos cabezas; el puede hacer upa su hijo, que siente curiosidad por la medalla y juntos la inspección. Verlo en familia también da muestra que ya no es un pibe y que mucha agua pasó por debajo de ese puente. Racing sumó una figura al fútbol argentino.

«Disfrutar esto que es lindo siempre ganar. Sumarle una estrella al club. de wait a la tevé y salir rápido par el hotel. Lo que viene ahora es la cena, el vuelo de regreso y volver al trabajo para poner a Racing en lo más alto. Volvió Moralez despues de casi una decada al futbol argentino, y en su primera función demostró que es enorme.

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