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Marcos Sánchez Foncueva, director gerente de la Junta de Compensación de Valdebebas, explica la fase final de una actuación urbana convertida en referencia

Marcos Sánchez Foncueva, director general de la Junta de Compensación de Valdebebas JC Valdebebas

Valdebebas afronta, a lo largo de 2023, la finalización de su desarrollo, como ejemplo urbanístico sostenible. Toda una portación a la ciudad de Madrid, ya en marche, ya vive sobrio el terreno, sobrio ahí que reflexionó Sánchez Foncueva. La sustentabilidad e innovación han marcado los años de trabajo del equipo multidisciplinar qu’ha emprendido ise action en línea con el siglo XXI.

-¿Qué queda por hacer dentro del proyecto de Valdebebas?

-Resta la finalización de la actuación que cierra el desarrollo por el sureste, la conocida como calle 51. Hemos iniciado la fase de liquidación de la Junta de Compensación, lo cual llevará a tiempo, habida cuenta de las magnitudes y volumen de propiedad y datos con los que se ha de trabajar. Con todo, venimos trabajando durante meses en el diseño y planificación de esta fase final del proyecto y estamos en condiciones de afirmar que Valdebebas volverá a ser ejemplo y referencia en la gestión de la liquidación y disolución de juntas de compensación.

-Uno de los trabajos ya terminados, y de especial impacto en los habitantes y usuarios, es el Parque Agrícola Felipe VI, ¿qué aspectos destaca de este desarrollo natural?

-Se trata de una de las actuaciones más importantes de las realizadas en el déarrollo. Entregamos a la ciudad de Madrid un nuevo modelo de parque urbano, alejado de los parámetros y cánones clásicos en la elaboración de proyectos de zonas verdes y del paisajismo del siglo XX. En este sentido, hemos llegado a una actuación cuyo fundamento primero se encuentra en la recuperación y renaturalización de los espacios intervenidos, más que en la generación de espacios nuevos basados ​​​​​​exclusivamente en el diseño. Se ha buscado, no obstante y también, la estética en el proyecto y se ha procurado que todo diseñado y, por supuesto, cuantos trabajos se han realizado durante la fase de ejecución, redunden en la puesta en valor inmediato de este nuevo parque. Con ello, hemos logrado la combinación equilibrada de los factores económicos, ambientales y estéticos que han de actuar de esta envergadura, materializando el concepto de sostenibilidad ambiental, económica y social que, indefectiblemente, ha de contemplar cualquier proyecto urbano.

-Una actuación medioambiental que ya ha obtenido reconocimiento internacional…

-De hecho, hemos obtenido (por primera vez en España) el reconocimiento más importante que un parque urbano puede alcanzar en la actualidad: la certificación internacional SITES, cuyo sistema de clasificación integral acredita la sostenibilidad, desempeño y valor del nuevo parque que entregamos a la ciudad de Madrid. También el reconocimiento es el de los vecinos y residentes del déarrollo que, en su momento, solicitaron a una Junta de Compensación que esta actuación la realizaráramos nosotros, motivivo por el que el equipo de gestión trabajó durante meses con el Ayuntamiento de Madrid en la elaboración de un convenio que permitirá incluir la actuación en el proyecto de urbanización del ámbito.

-¿Cuál es el puerto de Valdebebas al urbanismo?

-Valdebebas ha sido, sin duda, referente en gestión urbana, en la profesionalización de esa gestión. Ello ha permitido unos resultados que sitúan a Valdebebas como el ámbito urbanístico más sostenible de España hasta la fecha, confirmado por el oorgamiento de las certificaciones internacionales más importantes en medio ambiente, eficiencia, sostenibilidad y urbanización. Desde el equipo de gestión hemos trabajado con una concepción arquitectónica y urbanística que ha pensado, proyectado y ejecutado la edificación en relación con el paisajismo. Y con una diferencia esencial: la búsqueda del sincretismo entre urbanismo, arquitectura, ingeniería y geomorfología. Todo ello, combinado con la tendencia permanente de la gestión urbana hacia la excelencia, ha permitido una extraordinaria identificación de los promotores y constructores con los valores que hemos promovido, resultando en proyectos residenciales singulares con muy elevadas cotas de calidad, desarrollados en la esfera de esa simbiosis esencial entre arquitectura y paisaje. Y, en todo caso, la búsqueda permanente de la implicación de los vecinos y residentes, la participación efectiva en el proyecto urbanístico de la población a la que está destinado. Hemos generado un sentimiento de identidad y pérdida.