IEl acto de consumo ha evolucionado durante la última década, con la aparición y expansión de plataformas y mercados en línea. Este fenómeno ha dado lugar a la aparición de nuevos riesgos para los consumidores, cuyo libre albedrío se ve especialmente mermado por la potencia y opacidad de los algoritmos utilizados.

En 2023, el 97 % de los sitios y aplicaciones de comercio electrónico más populares entre los consumidores europeos contienen patrones oscuroses decir «interfaces de usuario engañosas, diseñadas específicamente para que un usuario tome decisiones sin su conocimiento o deseo de hacerlo» (“La forma de las elecciones. Datos personales, diseño y fricciones deseables”, Laboratorio de Innovación Digital de la Comisión Nacional de Computación y Libertades /LINC, Cuaderno de innovación y prospectiva N° 6, marzo de 2019).

Existe, por tanto, una urgente necesidad de regular, lo que constituye una oportunidad adicional para que la Unión Europea establezca su condición de potencia normativa con el fin de fortalecer la competitividad del mercado europeo mientras el espacio tecnológico global sigue estando mayoritariamente dominado por Estados Unidos. Unidos y China. Las noticias judiciales ilustran la relevancia de un esfuerzo normativo para proteger al consumidor digital.

Una onda de choque internacional

Le 14 avril, la cour d’appel de Paris a confirmé la condamnation de Twitter pour avoir inséré dans ses conditions d’utilisation, sa politique de confidentialité et ses règles pas moins de 250 clauses abusives et/ou illicites, en violation du droit de consumo. Esta decisión forma parte de varias acciones legales iniciadas por la asociación de defensa del consumidor UFC-Que Choisir, todas las cuales han resultado en la condena -principalmente simbólica- de Twitter, Google y Facebook, obligados a cumplir.

Lejos de ser simbólicas, por otro lado, las sanciones pronunciadas por las autoridades administrativas autónomas de regulación tienen qué estremecer a los gigantes digitales y tranquilizar a los consumidores. La multa récord de 1.200 millones de euros dictada el 12 de mayo por el equivalente de la CNIL en Irlanda contra Meta, matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp, por incumplimiento de las normas del RGPD, con obligación de cumplir en los próximos seis meses es una ilustración de esto.

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La onda expansiva internacional creada por esta sanción demuestra el poder de la normativa europea. Inicialmente diseñada para garantizar la cooperación económica y la libre circulación de bienes y servicios, la Unión Europea (UE) comprendió rápidamente la necesidad de proteger a los consumidores de los riesgos probados de un mercado digital altamente competitivo en el que las empresas han establecido enfoques agresivos de ventas y marketing. .

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