ustedLa reforma de las pensiones es una opción política, que implica compensaciones económicas y sociales: hay ganancias buscadas o esperadas por los promotores de la reforma y costos económicos, sociales y políticos que deben sopesarse. Sin embargo, en apoyo a la que sin duda es una de las reformas más importantes del quinquenio, el gobierno no ha brindado a los parlamentarios la información indispensable para un análisis preciso de los principales temas: sus efectos directos, sus consecuencias en las desigualdades de género, el paro, el crecimiento, el empleo o incluso la precariedad de las personas mayores.
El hecho es tanto más sorprendente cuanto que la Asamblea Nacional, que organiza anualmente jornadas de evaluación de políticas públicas, ha tomado el turno de la deliberación moderna, iluminada por el estado del conocimiento disponible. Contrariamente a estos desarrollos, si el documento titulado “Estudio de impacto” que sirve como apéndice a la reforma informa de un cierto número de elementos estadísticos relativamente informativos sobre diversos aspectos de la reforma, se parece mucho más a un dossier de prensa que a un documento de análisis. Las cifras presentadas, o por el contrario ausentes, son seleccionadas sistemáticamente no para esclarecer la reforma, sino para solicitarla.
Por poner solo un ejemplo, sí leemos al pasar una página que las mujeres en promedio se verán más afectadas que los hombres por el cambio en la edad de jubilación, pero en ninguna parte del documento se indica el detalle de los efectos según los perfiles. Además, todos repiten que las mujeres de la generación de 1972 se verán afectadas por un desfase de nueve meses. ” de media “una duración que incluye a personas no afectadas (porque ya están en situación de invalidez o ya se van a los 67), pero en ninguna parte podemos leer que alrededor de una de cada cuatro mujeres se verá afectada por un desfase de dos años para una cuasi pensión. inducida, ni saber cuántos sufrirán una pérdida de la prima del 10% como consecuencia de la reforma.
Sin embargo, el aparato estadístico y la investigación económica y social probablemente nunca hayan estado tan bien equipados para arrojar luz sobre una reforma, y por una buena razón: aunque no sea completamente idéntica, la reforma de 2010 que elevó la edad mínima de jubilación a los 60 años a 62 ha permitido muchas observaciones y mediciones. El trabajo del Consejo de Orientación Previsional (COR), y en particular la reunión de la 27 de enero de 2022 dedicado a los efectos que se esperan de un cambio de dos años en la edad legal, resumiendo la mayor parte de esta información. Pero estos no están incluidos en el expediente de la factura…
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