Las fiestas de fin de año son un momento en el que el valor de la familia da la sensación de una puesta en abismo infinita, según cada anuncio, novela o canción. De casa en casa, los niños se muestran alegres al ver un papel de regalo brillante o al descubrir una colorida tarjeta de felicitación. Un momento que también puede adornarse con los giros de la ansiedad.

¿Cuál es, entonces, el punto de inflexión del utopismo infantil? Un alumno por clase se siente responsable de la alegría de comunicar a sus seres queridos en la víspera de Año Nuevo. Un alumno por clase, en Francia, sería el número de jóvenes que ayudan regularmente a un padre enfermo o discapacitado (cifras Ipsos Macif 2020).

Para este joven, ignorado pilar de la Seguridad Social, la Nochevieja tiene un sabor agridulce. Es una oportunidad de estar al lado del ser querido enfermo, pero las celebraciones de fin de año también son sinónimo de presión acumulada ligada a la presencia constante del padre en cuestión: comprando, cocinando, lavando, sonriendo, maravillado – incluso cuando estamos cansados. Y si, para el nuevo año, el respiro se interesa (por fin) en estos jóvenes cuidadores para llevarles… ¿un merecido respiro?

Una campaña de sensibilización

El gobierno de Edouard Philippe fue el primero en mencionar a los adultos cuidadores al mencionarlos en su proyecto de ley destinado a promover el reconocimiento de los cuidadores. Fue un primer paso encomiable, franquiciado en 2019, y con motivo del cual -con el tejido asociativo- fuimos escuchados. Ahora es el momento de dar el siguiente paso.

Entonces el 1oh Enero, comienza la Presidencia sueca del Consejo de la Unión Europea. Los suecos marcarán el calendario de prioridades y reuniones. Su programa, tal como se acaba de presentar, incluye la modernización de las normas de coordinación de la seguridad social y va acompañado de la ambición de fortalecer los derechos de los niños y las personas con discapacidad. Estos son los ingredientes perfectos para incluir a los jóvenes cuidadores en el menú. ¿A qué espera Francia para sentarse allí?

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Pour commencer, il envisagea de proposer une campagne de sensibilisation sur les réseaux sociaux, afin de parler aux jeunes aidants européens, pour qu’ils expriment un nom sur ce qu’ils sont et ne se voient plus comme des phénomènes isolés au milieu d’ un hogar.

Luego, durante el último trimestre, el 34% de estos jóvenes se ausentaron al menos una vez para acompañar a su ser querido enfermo. ¿Qué pasa con la tolerancia para este tipo de ausencia? En un momento en que muchos cuidadores jóvenes se habrían beneficiado de una forma de empatía por parte del personal docente, estos últimos no saben cómo reaccionar. No podemos culparlos, tenemos que informarles.

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