Iuna cruzada contra los monopolios es una lucha interminable. Nombrada por Joe Biden para encabezar la autoridad antimonopolio estadounidense, la Comisión Federal de Comercio (FTC), Lina Khan está firmemente convencida. Y el enemigo de este abogado de altos vuelos es Big Tech, este puñado de campeones digitales, desde Google hasta Amazon pasando por Microsoft, cada uno de los cuales reina sobre una parte de este gigantesco imperio virtual de cifras y algoritmos.
La vigilante acaba de sufrir su derrota más mordaz, el martes 11 de julio. La jueza federal de California, Jacqueline Scott Corley, acaba de fallar a favor de Microsoft en su intento de hacerse con el famoso estudio de videojuegos Activision Blizzard.
Anunciado en enero de 2022, este matrimonio de 70.000 millones de dólares (63.500 millones de euros) es el más grande de la historia de la informática. La FTC ha pedido al tribunal que lo suspenda, porque amenaza, según él, la competencia en todo el sector de los videojuegos y penalizará al consumidor.
Ella fue despedida. “La FTC no ha podido resolver que esta operación provocaría una reducción de la competencia”afirmó el juez, ni que Obligaciones ya no sería accesible en la consola PlaysStation de Sony, el principal rival de Microsoft. Alivio entre los adolescentes de todo el mundo, fanáticos de este mítico shooter.
Un cambio considerable
La operación, que se ha prolongado durante un año y medio, ahora tiene todas las posibilidades de éxito. Sobre todo porque la única autoridad de competencia que se opuso a la adquisición, la Autoridad de Mercados y Competencia británica indicó, el mismo 11 de julio, que estaba examinando con ojo benévolo cualquier modificación de la operación que se le presentará y pidiéndole que cambie. su mente. Es la venganza de las Big Tech contra el activismo antimonopolio de la “bidenomics”, esa práctica económica del actual presidente estadounidense que mezcla generosos subsidios con una lucha asertiva contra los monopolios.
Para Microsoft y su ambicioso mecenas, Satya Nadella, esta gigantesca operación por la que tanto ha luchado durante tanto tiempo es fundamental para sacar adelante su pilar más frágil, el de los videojuegos. Su consola Xbox lucha con las de Sony o incluso con las de Nintendo, en un momento en que este sector, más grande que la industria del cine, está experimentando un cambio considerable, con el cambio en el uso hacia juegos móviles y de suscripción en red en Internet. Un cambio análogo al que vive el mundo de la televisión, con plataformas de streaming como Netflix o Disney+.
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