En Wimbledon, Novak Djokovic está en su jardín. El serbio volvió a demostrarlo el viernes 14 de julio al no dejar oportunidad a Jannik Sinner, al que superó en semifinales en tres sets y 2 horas y 48 minutos de juego (6-3, 6-4, 7-6). [7-4]). Ya ganador de las últimas cuatro ediciones del Grand Slam de Londres, el número dos del mundo podría encadenar un quinto éxito consecutivo e igualar el récord de ocho títulos de Roger Federer.
Pero antes queda un último paso para Djokovic, que deberá ganar la final el domingo, ante Carlos Alcaraz o Daniil Medvedev, enfrentados el viernes al final de la jornada. Como habitual en la pista central y dado su estado de forma desde el inicio de la temporada -ya ganó el Abierto de Australia y Roland-Garros en 2023- partirá como favorito para este encuentro. Jannik Sinner, que jugaba su primera semifinal de Grand Slam, pagó su falta de experiencia ante el serbio.
Así fue en el último set, durante el 15º tie-break consecutivo ganado por Djokovic, récord absoluto en la era Open. Sin temblar, este último materializó su primer punto de partido para disputar su novena final en Wimbledon. Un escenario completamente diferente al de los cuartos de final de 2022, donde Sinner había asustado por un momento a Djokovic al liderar dos sets a cero, antes de desplomarse (5-7, 2-6, 6-3, 6-2, 6-2).
Ventaja empujada por el árbitro
Esta vez, el número 8 del mundo no supo entorpecer realmente al serbio, siempre determinante en los momentos clave. Al comienzo del juego, Djokovic salvó dos puntos de quiebre en su primer juego de servicio, antes de enfrentarse al de su joven oponente (21 años). Seguro de su hecho, «Nole» finalmente fue empujado a un lado por el árbitro, Richard Haigh, que por Sinner. En el segundo set, el número dos del mundo se saltó por tiempo, segundos después de ser penalizado con un punto perdido por gritar un golpe de pelota.
“Pudo haber sido el punto de inflexión del partido, pero logré mantener la concentración”, aseguró un Djokovic muy distendido y un poco inquieto hacia el árbitro tras el encuentro. Para ganar su 34ᵉ partido consecutivo en Wimbledon (no ha perdido allí desde 2017 y cuartos de final contra Tomas Berdych), Djokovic aún tuvo problemas en la última ronda, en particular salvando dos puntos de set.
“Se las arregló para ponerme mucha presión en el tercer set. Ha demostrado por qué es uno de los líderes de la nueva generación”, reconoció el serbio. En la final se enfrentará a Carlos Alcaraz, número uno del mundo y otro representante de esta juventud en lo más alto, o a Daniil Medvedev, que formó parte del ex «La próxima generación». Cualquiera que sea el oponente, Djokovic tendrá un solo objetivo: ganar un título de Grand Slam número 24 e igualar el récord absoluto, mujeres y hombres combinados, de Margaret Court.