Veterano resistente

A los tenistas franceses les pasa ganar partidos. Incluso ganarán torneos. La prueba, la semana pasada, en el fin del mundo, el veterano Richard Gasquet ganó el torneo de Auckland, Nueva Zelanda, superando en la final al inglés Cameron Norrie. A sus 36 años, y cuando nadie esperaba mucho de él, el ex prodigio se ofreció a sí mismo un prestigioso título, una increíble ceremonia de entrega de trofeos y, finalmente, una impactante foto de recuerdo.

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lanza orgullosa

Están pasando muchas cosas aquí. Comencemos con esta lanza sostenida por Richard Gasquet. En este caso se trata de una taiaha, el arma tradicional de los maoríes de Nueva Zelanda. Tallado en una pieza de madera o hueso de ballena, que consta de tres partes (laarero, el «lenguaje», elupoko, la «cabeza» y lacomió, el «hígado»), este objeto cargado de símbolos es prerrogativa de los más grandes guerreros maoríes. Por lo tanto, Richard Gasquet puede considerarse afortunado: si maneja su taiaha tan bien como su raqueta, nada le puede pasar.

Lengua viviente

Desplacemos un poco a la derecha y preguntémonos por ese lenguaje que utiliza Richard Gasquet, imitando al del luchador maorí que le acompaña. Por qué ? Sencillamente porque, en la cultura maorí, las muecas o pukana, son un gesto fuerte que pretende desestabilizar al adversario como antesala de un enfrentamiento. Es por esta razón que las hakas, las danzas guerreras tradicionales maoríes, se puntúan alegremente con ellas.

auto pintura

A la izquierda de Richard Gasquet, este personaje franco brilla con sus abundantes tatuajes. Obviamente, esto no es una sorpresa, ya que tatuarse es una pasión maorí. Considerado a la vez como un adorno, un lenguaje y un símbolo mágico, este arte está tan ligado a esta cultura que es a esta última a la que le debemos su nombre. Concretamente, el término «tatuaje» es un derivado de la palabra tahitiana tatuaje, que significa «marcar» o «golpear».

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AVE rara

Finalmente, tenga en cuenta que el guerrero maorí usa dos hermosas plumas en la parte posterior de la cabeza. En este caso, surgen de una huia dimorfa, un ave venerada por los maoríes, y simbolizan tanto el liderazgo como la fuerza. Su valor simbólico es pues enorme, pero no tanto como su valor monetario. Dado que las huias desaparecieron lamentablemente durante más de cien años (fueron observadas por última vez en 1907), este adorno se ha vuelto extremadamente raro y particularmente costoso. Algunas plumas incluso se comercializan por varios miles de euros.

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