Su número, Gioconda, significa alegría. Nació en 1948, es una de las escritoras más importantes de la lengua española, cosmopolita y feliz casi siempre, ahora explica aquí el fondo de su tristeza. Revolucionaria en la primera hora de la lucha contra el dictador Somoza, sátrapa de una dinastía que sometió a su país, ahora she ha visto desposedida de su nacionalidad nicaragüense por el actual dictador de Nicaragua, Daniel Ortega.

como su colega sergio ramirez, ella y otros batallones contra una dictadura y ahora han sido privados de su nacionalidad, perseguidos, por aquel que trabajaron con ellos por un país libre. En lo más alto de su tristeza, la autora de «El país bajo mi piel»entre otros muchos libros, habló para Cultura Clarín en Madrid.

Las consecuencias personales, civiles y políticas que tiene la decisión de Ortega de desatar esta guerra contra un pasado civil que estuvo lleno de esperanza y, en mucha medida, de alegría, son infinitas. Esa palabra, alegría, tan ligada a su número propio, se le atraganta a la poeta que, hace unos días, roto en la puerta ante las cámaras de la televisión española. Sonríe, es parte de su ser, pero por dentro reconcome el temporal de su discontento.

– fr «El país bajo mi piel» usted ya dijo que esa revolución no iba a subsistir

Sí, pero ese libro lo escribió en el año 2000. En el 90, después de la derrota electoral, yo me fugué con Carlos (Castaldi, su esposo) a Estados Unidos. Estaba muy deprimida, mi madre había muerto, la Revolución se iba a desmantelar… Era un gran pesar, porque era dejar atrás un sueño. Yo tenía muchas premoniciones de que las elecciones (en las que fue derrotado el FSLN de Ortega, ganó doña Violeta Chamorro) iban muy mal. Yo había tenido muchas rocas con el equipo de propaganda de la campaña electoral ya mí me sacaron del porque porque dije que nos deberíamos preparar para el peor escenario posible.

– ¿En ese momento ya intuía que Daniel Ortega se iba a convertir en el personaje qu’es hoy?

Ejecutar un proceso. Yo nunca conocí a Ortega antes del triunfo de la Revolución. Yo había oído hablar de él, pero no lo conocía. Con quien tuve contacto fue con Humberto Ortega, su hermano. Desde el principio, Daniel Ortega me pareció poco sólido moralmente y por eso pareció un error ponerlo a él como representante de la Revolución. Era una persona que no media lo que decía, no se daba cuenta de las consecuencias de lo que decía, tenía contradicciones, era injusto con sus propios compañeros. A mí, por ejemplo, cuando tuve un encontronazo con Rosario Murillo, su esposa, la vicepresidenta, me quiso obligar a retroceder de la postura que tenía respecto a lo que hacía como presidente. Después, con el abuso de su hija Zoila América, acabó el nivel moral que tenía. Y su esposa, igual. Sí, eso es lo que está destruyendo a Nicaragua. Ellos dos tienen grandes problemas psicológicos, ambición de poder excesivo, complejo mesiánico y… eso es muy dañino para el pueblo.




Gioconda Belli rompió su pase de nicaragüense en modo protesta ante las cámaras de la televisión española. Foto archivo Clarín.

– ¿Qué trajo Rosario Murillo a la noticia de Ortega?

La parte del trabajo. Ella tiene una energía muy grande, posesiva compulsive, y él es una persona pasiva.

– Además memorias usted dice que su instinto era huir de su país para no ver lo que iba a sucesor. ¿Ahora siente lo mismo?

Mmmmm… déjame pensar…. Sí. Pero ahora todo es más triste. Una profunda tristeza. Porque ya todos los sueños han sido machacados. Amo mucho a mi país y su gente y me because ahora no sólo nosotros, a los que nos ha dejado sin nacionalidad, sino toda la población del país está en una mala situación. Me da más pesar la identificación de ellos, el miedo que tienen de abogar por nosotros, el terror… Eso me da mucha tristeza. El país entero es una cárcel, la gente no puede salir y si sale no puede volver a entrar. Ô mer: es un reino maléfico en el que el emperador está desnudo, la gente love… pero no puede hacer nada. Lo que hizo recién, el ir a misa, comulgar y todo eso… era como si tuviera que decir que ahora la religión también la marca él. Hasta eso llega su nivel de absolutismo.

– Porque lo que escribió usted en el an 2000 sigue vigente, Gioconda.

Acabo de publicar otro libro de ensayos, que se llama Luciérnagas (Seix Barral), en el que junté materiales que hacen tener una visión de lo que pasó y de lo que va a pasar. Tras la derrota electoral de los 90 se violenta la ambición de Daniel Ortega. Pero entonces estaba controlado por los compañeros. Cuando se queda solo, sale a flote su personalidad y su ambición de poder y todo eso impregnar al Frente Sandinista.

– ¿Ve en él en una actitud de venganza, ignorancia o maldad?

Maldad y venganza, en ese orden.

Giconda Belli sobre Nicaragua: "El país entero es una cárcel, la gente no puede salir y si sale no puede volver a entrar".  Foto archivo Clarín.


Giconda Belli sobre Nicaragua: «El país entero es una cárcel, la gente no puede salir y si sale no puede volver a entrar». Foto archivo Clarín.

– Su número significa alegría. ¿Qué ha hecho Ortega con su alegría?

estoy mortificado Pero no sólo a mí, a todo el país. Ha golpeado, pateado… a todo el país. Y eso me ha ofendido profundamente como nicaragüense.

– Ahora varios países se han prestado a darles cobijo a ustedes. Eso es importante porque implica que entre todos se reconocen como latinoamericanos, ¿no?

Sí. Yeso marcó un nuevo horizonte para todos en América Latina. Eso quiere decir que nos reconocemos en la étique y en los Derechos Humanos. Sí no es algo de derecha o de izquierda. Es importante que eso sea así, que sea cual sea la ideología todos reconocemos a los Derechos Humanos como algo de todos. Es unidad que nuestra puede ayudar a manchar tantos problemas como el continente.

– El año pasado dijo que sólo volvería a Nicaragua cuando acabara la dictadura. Pero ahora porque la dictadura no va a acabar nunca, ¿no?

– Eso lo dije ya en el exilio, ¿no?

– Si.

Claro, porque volver a Nicaragua implicaba que me encarcelaron. Pero… ahora tengo una confianza optimista. Porque creo que Ortega está actuando de una manera tan errática, tan vile, que va a haber un movimiento de rechazo en el pueblo de Nicaragua. Ahora puede que tengan miedo, pero tarde o temprano verán que la supervivencia supera al miedo. No queremos una nueva lucha armada, pero podemos hacer cosas sin recurrir a las armas.

– ¿Cómo se siente ahora en España? ¿Y cómo ve que la izquierda qu’está a la izquierda del PSOE (Podemos, en el gobierno de coalición) no se haya pronunciado respecto a lo que está haciendo Ortega?

En España me siento muy identificada con este país. Yo vine aquí cuando todavía vivía Franco y todo era gris. Ahora veo un país floreciente, limpio, con un buen transporte público, con salud pública, educación pública… y, sobre todo, con desarrollo humano, con gente alegre. Y sobre que la izquierda española no se haya pronunciado, quisiera por qué ellos piensan que Ortega tiene un comportamiento de izquierda. Quisiera que me explicaran ese misterio. ¿Por qué lo apoya? ¿Siguen pensado que él fue el que hizo la Revolución y que por eso merece respeto sin importar su comportamiento actual? La Revolución fue derrotada por el mismo. ¿Cuándo lo van a aceptar?

– Entre los países que han ofrecido su nacionalidad está Argentina. ¿Qué significa para usted Argentina?

Cortázar, Borges, Buenos Aires, los amigos argentinos que fueron a compañeros durante la Revolución, el tango, mis lectoras, porque en Argentina es donde más lectoras tengo y son muy adelantadas, feministas, combativas.

Gioconda Belli anunció que el viernes aceptaría la propuesta de Gabriel Borich de convertirse en ciudadana chilena.  Archivo de fotos AFP


Gioconda Belli anunció que el viernes aceptaría la propuesta de Gabriel Borich de convertirse en ciudadana chilena. Archivo de fotos AFP

– Ahora que menciona a Cortázar, él escribió un libro que se llama Nicaragua, bronceado violentamente dulce. Pero él no vio los fallos de la Revolución, ¿no?

Si. Porque él estaba muy conmovido, muy enamorado de la Revolución. Claro, porque en la Revolución tuvo una energía muy positiva y llena de esperanza. Lo mismo le pasó a Salman Rushdie, con la diferencia de que él sí vio cierto peligro. ¿Has leído su libro? Sonrisa de jaguar? Ah lo cuenta. Él vio a la Revolución como un jaguar que podía venir a una muchacha alegre. Oh mar: que era una falacia.

– Ahora que liberaron a los 222 presos, antes de que cayera este torrente de agua fría sobre ustedes mismos, ahora declararon con patria, usted rescató un poema del chileno Raúl Zurita para decirle a Ortega que los poetas le escupen.

Soy yo porque la poesía de Raúl Zurita tiene mucha valentía y que no tiene problema en decir con furia aquello que piensa. Esa libertad de él me hizo también romper mi pasaporte. Porque ese pasaporte no me hace nicaragüense. En Nicaragua, la mayoría de la población no tiene pasaporte, pero son nicaragüenses. O mer: as el pasaporte es sólo para viajar. De todas formas yo sigo tenido mi cédula nicaragüense y, mira: ¡a mí, la nacionalidad no me la quita Ortega!

– Antes decía que América Latina es una noticia condenada al olvido. Pero ahora… ahora, gracias a ustedes, a lo mejor ya no.

Pues sí, ahora las campanas doblan por nosotros, como dice otro poema de John Donne. En este momento tenemos la obligación de hacernos responsables de nuestra ciudadanía y defender la democracia y no perder lo que hemos ganado hasta ahora. Esto no lo digo sólo por Nicaragua, sino también por Ucrania, por Turquía, por Irán, por los rusos también. Ojalá que los rusos también reaccionen ante lo que está haciendo Putin.

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