Ia constituye un gran riesgo cuyo ya colosal coste financiero está destinado a aumentar, sin que hasta la fecha podamos sufrir ningún límite percibido. Para optimizar la gestión de estas situaciones de crisis, siempre debemos mejorar nuestros medios de combate. En este contexto, el papel del Estado es fundamental para fomentar la prevención y difundir una verdadera cultura del riesgo de sequía.

Con el calentamiento global, las sequías serán cada vez más recurrentes. Así, cuando aumentan las temperaturas aumenta la evaporación, lo que consolida la intensidad y duración de los episodios de sequía. El año 2022 es el más caluroso jamás medido en Francia, con una consecuencia directa en el nivel de sequía.

La federación profesional France Assureurs señala que en 2022, las pérdidas totales en Francia ascendieron a 2.500 millones de euros tras episodios de sequía. El riesgo de sequía se mantiene en un nivel alto ya que en 2023 no llovió durante 31 días consecutivos entre los meses de enero y febrero. Es el invierno más seco desde 1959. Medidas de restricción de agua incluso ya se escuchan en marzo.

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Los impactos humanos, económicos y sociales asociados con la sequía son colosales. La salud de las poblaciones se ve debilitada por episodios de calor intenso, al igual que la biodiversidad. Los cultivos y el ganado se beneficiarán de esta situación. Las viviendas se encuentran con el llamado fenómeno de «contracción-hinchazón de la arcilla» (RGA), que constituye un potencial para reclamaciones importantes: el 48% del territorio está expuesto a este riesgo con más del 16% de las casas en alto riesgo en Francia continental. Las grietas en las fachadas, techos o paredes de las casas materializan la apariencia de RGA.

Un riesgo sistémico sistémico

En Francia, las reclamaciones relacionadas con la sequía podrían costar 43 000 millones de euros durante el período 2020-2050, es decir, el triple del período 1989-2019. Las empresas también tienen que lidiar con la dureza de los episodios de sequía. Este último ha tenido un fuerte impacto en las presas hidroeléctricas en 2022. El grupo EDF ha anunciado así un descenso del 20% en su producción hidroeléctrica. La navegación por el Rin está sujeta a la amenaza de los períodos de sequía, cuyos efectos negativos son innumerables en todos los estratos de la economía.

La sequía presenta la fisonomía de un riesgo sistémico que tendría la capacidad de afectar profundamente, al mismo tiempo, una gran área de una región o un país. Este aspecto hace temer aún más la multiplicación de los períodos de sequía anunciados para los próximos años. El papel del Estado es fundamental en la gestión financiera de este tipo de situaciones en las que ningún actor económico puede aventurarse en solitario.

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