A su llegada a Melbourne Park, Caroline García tiene los honores de la sala principal de entrevistas para sus conferencias de prensa posteriores al partido y casi se sorprende. Igual que fue programado, nada más entrar en la competición, en la Rod Laver Arena, la pista central del Open de Australia. “No esperaba jugar en esta cancha. Pero estaba feliz de estar allí y de experimentar mi primera victoria allí”. dijo la francesa el martes 17 de enero, tras su rápida victoria en la ola de calor ante la clasificadora canadiense Katherine Sebov (6-3, 6-0). El jueves, en condiciones de juego heladas esta vez, escapó de la trampa que le tendió otra canadiense, Leylah Fernández, finalista del US Open 2021, para clasificarse a la tercera ronda (7-6, 7-5).
El sembrado No. 4 en el primer Grand Slam de la temporada se ha aclimatado visiblemente mejor al versátil clima australiano que a su nuevo estatus y todo lo que eso conlleva. Este puesto de número 4 del mundo, el más alto de su carrera, no es sin embargo un descubrimiento para la lionesa, que ya había alcanzado las cimas del tenis mundial a finales de 2018 al integrarse sigilosamente en el Top 4. Pero no tiene la capacidad volver a saborear un día esta embriaguez, convencida de haber dejado pasar definitivamente su oportunidad.
Cinco meses, García vive de alguna manera una segunda juventud en una carrera largamente consumida por las dudas. Entre crisis de confianza, tenis en apuros y recurrentes dificultades físicas (en la espalda, en el pie izquierdo, donde sufrió fisuras en la aponeurosis plantar), la diestra se hundió casi inevitablemente en lo más bajo de la clasificación, 79mi en todo el mundo en mayo de 2022.
«El nivel de juego para vencer a los mejores»
Antes de vivir una segunda parte de la temporada en virtual estado de gracia: un título en Cincinnati (Ohio) en agosto, una semifinal en el US Open al mes siguiente y, para completar este renacimiento, una coronación en el Masters WTA. –que reúne a las ocho mejores jugadoras del año– en noviembre, en Fort Worth (Texas, EE. UU.), diecisiete años después de la de Amélie Mauresmo.
El siguiente paso era lógicamente apuntar al Grial. “Uno de los objetivos para este año, o los dos próximos, es intentar llegar hasta el final, ganar un Grand Slam. Veremos si soy capaz de hacerlo, pero es un gran desafío que quiero asumir».Asume en el inicio de temporada García, que es el favorito de las casas de apuestas de Melbourne, con la polaca y número uno del mundo Iga Swiatek.
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