Estados Unidos ha intensificado sus presiones diplomáticas en Oriente Próximo ante el temor de que la muerte de más de un centenar de palestinos que trataban de conseguir ayuda humanitaria en Gaza, y contra los que el ejército israelí abrió fuego, pueda hacer descarrilar las conversaciones para una tregua. Se trata de uno de los episodios más graves de los conocidos hasta ahora en la guerra de Gaza y ha desatado una oleada de críticas entre los dirigentes de diferentes países. El secretario general de la ONU, António Guterres, ha pedido una investigación independiente para aclarar la muerte de más de 100 personas en esos enfrentamientos.

El presidente estadounidense, que viajaba el jueves a Texas para visitar la frontera con México, fue preguntado por los periodistas que le acompañan acerca de lo ocurrido. Específicamente, si complicaría las conversaciones que se siguen en Qatar. “Sé que sí”, contestaba el inquilino de la Casa Blanca.

Biden había pronosticado el pasado lunes que el alto el fuego de seis semanas podría estar en marcha para el lunes 4 de marzo. Pero casi de inmediato, tanto Israel como la milicia radical palestina Hamás rechazaban esa posibilidad. Las muertes en una aglomeración para obtener la ayuda humanitaria vienen a complicar aún más cosas. Apenas faltan tres días para que se cumpla ese plazo y el presidente ha tenido que reconocer que es improbable que para entonces se consiga la pausa humanitaria. “Probablemente no (se logrará) para el lunes, pero sigo esperanzado”, sostenía.

El presidente estadounidense ha intensificado sus contactos con líderes de la zona para tratar de evitar que las conversaciones descarrilen. La Casa Blanca ha indicado que Biden ha conversado por teléfono este jueves con el emir de Qatar, el jeque Tamim bin Hamad al Thani -anfitrión de las negociaciones-, y con el presidente de Egipto, Abdel Fatah al Sisi, para abordar el suceso en el que han muerto al menos 112 personas en las cercanías de la ciudad de Gaza.

Según ha indicado la Casa Blanca en un comunicado, Biden y los líderes árabes con los que habló este jueves “se mostraron de acuerdo en que el incidente subraya la urgencia de cerrar las negociaciones lo antes posible y expandir el flujo de asistencia humanitaria para Gaza”. La responsable del departamento de ayuda humanitaria estadounidense (USAid), Samantha Powers, se encuentra en la zona para incrementar la presión en favor de una mayor entrada de asistencia a la franja, donde la necesidad es extrema.

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La portavoz de la Casa Blanca Olivia Dalton indicaba, a bordo del avión Air Force One que transportaba al presidente a Texas, que su Gobierno ha reclamado a Israel información sobre lo sucedido y exigido una “investigación exhaustiva” sobre lo ocurrido.

“Estamos comprobando qué ha ocurrido. Pero hay dos versiones sobre lo que ha pasado. No tengo respuesta todavía”, indicaba Biden en sus declaraciones. El ejército israelí, que ha disparado a la multitud, culpa a lo sucedido a una avalancha y atropellos por parte de conductores gazatíes desbordados, mientras que la Autoridad Palestina habla de “atroz matanza”.

Según Dalton, las muertes de este jueves ponen de relieve la “necesidad de expandir la asistencia humanitaria a Gaza” y lo imperativo de que Israel ponga en marcha planes “viables” para proteger a los civiles en su ofensiva en la franja. “Todavía no hemos visto que se pongan en marcha esos planes”, ha sostenido la portavoz.

Críticas

El alto representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, ha asegurado este viernes, por su parte, en un mensaje en la red social X, antes Twitter, estar “horrorizado” por la matanza de civiles en Gaza mientras intentaban recoger ayuda humanitaria. “Me horroriza la noticia de otra matanza entre civiles en Gaza desesperados por recibir ayuda humanitaria. Estas muertes son totalmente inaceptables. Privar a las personas de ayuda alimentaria constituye una grave violación del Derecho internacional humanitario”, ha escrito Borrell.

También el presidente francés Emmanuel Macron ha elevado el tono contra Israel por el suceso que algunas fuentes palestinas han empezado ya a describir como “la masacre de la harina”, en alusión al alimento que transportaban los camiones de ayuda humanitaria. Macron ha dicho estar “indignado” por el tiroteo y exigido “verdad y justicia” en relación con el papel de los soldados israelíes en el incidente.

“Profunda indignación ante las imágenes procedentes de Gaza en las que civiles han sido atacados por soldados israelíes. Expreso mi más enérgica condena de estos disparos y hago un llamamiento a la verdad, la justicia y el respeto del derecho internacional”, ha dicho Macron, también a través de la red social X.

Previamente, la ministra australiana de Exteriores, Penny Wong, había divulgado a su vez un comunicado de su Gobierno, en el que utilizó la misma expresión del alto representante de Política Exterior de la UE al asegurar que su país está “horrorizado”.

“Australia está horrorizada por la catástrofe de hoy [por este jueves] en Gaza y la crisis humanitaria que ha provocado”, dijo Wong, en un comunicado publicado en X en el que recordó la importancia de proteger a los civiles y defender la ayuda humanitaria destinada a aquellos que la “necesitan desesperadamente”.

El Ministerio de Sanidad en Gaza, bajo control de la milicia radical palestina Hamás, ha anunciado que la cifra de víctimas palestinas en la franja ya ha superado las 30.000. Es el equivalente a un 1,3% de una población que al comienzo del conflicto rondaba los 2,3 millones de personas.

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