Apenas usado, la aventura de Hopium, el fabricante francés de coches eléctricos de hidrógeno, ya busca un segundo aire. Ante el ritmo acelerado de su gasto, la falta de facturación -su primer modelo, la Machina, no se espera antes de 2025- y las repentinas reticencias de los mercados, la marca, que sueña con ser una Tesla de hidrógeno, debe repasar con urgencia su hoja de ruta.

Hopium, que registró una pérdida de 9,5 millones de euros en el primer semestre de 2022 y cuya cotización bajó de 28 euros a 4,70 euros en dieciocho meses, desvinculará de una treintena a sus 142 empleados e irá en busca de nueva financiación.

La empresa, que en diciembre de 2022 nombró a Sylvain Laurent, procedente de Dassault Systèmes, para el puesto de director general -la empresa había incorporado el año pasado a Jean-Baptiste Djebbari, exministro de Transportes, como presidente de su junta de administración- dice que es entrando en una fase de reequilibrio. Sus dirigentes reconocen que los gastos, en particular la nómina, han crecido demasiado rápido y que la empresa no ha obtenido el financiamiento que esperaba. Hopium, que ya ha recaudado cerca de 70 millones de euros, estima que tendrá que movilizar 200 millones de euros en los próximos dos o tres años.

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El fabricante dice estar abierto a la llegada de nuevos socios industriales que podría «reclinarse». Cuenta también con la ayuda de la región de Normandía -programada en Douains (Eure), no se cuestiona la construcción de una fábrica llamada pomposamente “la fábrica del futuro”- y con la del Estado, que prevé invertir 9.000 millones euros en el sector del hidrógeno para 2030.

respiraderos contrarios

Paralelamente, se evaluará la estrategia industrial de Hopium. Ya no se trata de ceñirse a la única producción de la Machina, una berlina de lujo con una potencia de 500 caballos y una autonomía de 1.000 kilómetros, que debería facturarse 120.000 euros. La compañía tiene la intención de desarrollar la celda de combustible, capaz de producir electricidad a partir del hidrógeno a bordo del automóvil, que ha desarrollado.

Esto podría comercializarse o producirse bajo licencia para fabricantes de automóviles, vehículos pesados, vehículos comerciales ligeros, autobuses o incluso equipos ferroviarios. La puesta en marcha, que proporciona la trituradora “dos años por delante de sus competidores”no descarta que su pila de combustible pueda generar ingresos a partir de 2024, a pesar de la muy activa competencia de grandes fabricantes y fabricantes de equipos a la que habrá que hacer frente.

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