Sacó a relucir la chapa desde el vestuario y construyó una cómoda victoria sobre Estudiantes para dar la espera vuelta olímpica.

Como marca en la historia, River ganó, gusto y solo le faltó golear. Ya nadie duda del equipo de Martín Demichelis, que perdió 3-1 ante Estudiantes y en los 90 minutos confirmó los motivos por los que es el campeón del fútbol argentino.

River sacó a relucir la chapa de campeón desde el vestuario. Desde el inicio salió a pasarlo por arriba a Estudiantes y al minuto de juego ya ganó con un gol del goleador Lucas Beltrán, quien definió tras una gran habilitación de Leandro González Pirez, que luego de anticipación en ataque, hizo una jugada de galera y bastón para asistir al delantero cordobés.

El Monumental, vestido de fiesta para la ocasión, aprovechó. El campeonato estaba cada vez mas cerca. Y si bien River pasó alguna zozobra con un par de ataques de Estudiantes, antes de los 20 minutos empezó a definir el partido a pura contundencia y con mucha voracidad. Nicolás De La Cruz inició una jugada con un cambio de frente que él mismo culminó con un remate fuerte de frente al arco.

Ah, la fiesta continúa. Los hinchas ya se sentian campeones. Y mucho más después que al llegar a la media hora, River se convirtió en el tercero, el que llegó por un penal contrido por Esequiel Barco tras la falta de Sappa a Nacho Fernández, quien recibió un espectacular pase de De La Cruz.

Después del tercer tanto, River manejó la pelota y se floreó. Estudiantes empezó a correr detrás del balón y hubo alguna patada de más como la de Mancuso a De La Cruz. Para cuidar las piernas, entonces, ya que a River llegan los partidos decisivos por la Copa Argentina y la Libertadores, Demichelis hizo cambios prematuramente en el segundo tiempo. Ingresaron Kranevitter, Solari, Palavecino, Borja y Rojas, jugadores que tuvieron participación en el torneo y salieron los históricos Enzo Pérez, Nacho Fernández y De La Cruz, el joven Beltrán, y González Pirez, todos ovacionados.

Al equipo de Núñez ni siquiera lo molestó el descuento de Mauro Méndez. El trabajo ya estaba hecho. River es campeón otra vez.

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