Italia, Francia y Grecia buscan liderar la nueva misión de la UE en el mar Rojo para proteger a los barcos europeos de los ataques de los hutíes de Yemen. Además, apuntan fuentes comunitarias, Grecia aspira también a acoger el cuartel general de Aspides, la misión propuesta por el Servicio de Acción Exterior de la Unión en una de las vías marítimas cruciales del mundo, en la que España ha rechazado participar. Los ministros de Defensa de los Estados miembros decidirán en los próximos días qué socio encabeza la delicada misión, en la que participarán con personal y equipos (desde barcos a vigilancia aérea o medios técnicos) al menos siete países y que colaborará con Guardián de la Prosperidad, creada por Estados Unidos —con la que compartiría información secreta—, y con otros aliados. Pero será independiente y únicamente de protección, no de ataque. Los hutíes, aliados de Irán, han asegurado que continuarán con las agresiones hasta que Israel ponga fin a la ofensiva contra Hamás en la franja de Gaza.

Grecia, que ha ofrecido como base un puerto cercano a la ciudad de Larisa (centro del país), tiene posibilidades de acoger la misión y de liderarla, pero la decisión no está tomada, señalan fuentes diplomáticas. Larisa alberga ya la sede de la Fuerza Aérea de Grecia y de la misión de la OTAN en el país. Bruselas planteó hace tres semanas a los Estados miembros la creación de la nueva misión Aspides, para la que reclama tres fragatas, como adelantó EL PAÍS, ante el aumento de los ataques a los barcos comerciales en el mar Rojo que transportan bienes hacia la UE. La propuesta, esbozada después de que España rechazase que la misión contra la piratería que lidera (Atalanta) se ocupase también de la protección del mar Rojo, se produjo justo antes de los primeros ataques de EE UU y el Reino Unido contra objetivos hutíes en Yemen.

La UE aspira a que la misión —que se encargará de vigilar, patrullar y escoltar buques mercantes, pero que también tendrá capacidad de derribar misiles y drones si los barcos son atacados— esté ya en marcha a mediados de febrero, según ha explicado el alto representante para Política Exterior y Seguridad de la UE, Josep Borrell, en Bruselas, tras una reunión con los ministros de Defensa de la UE. Se baraja la fecha del 19 de febrero, justo después de una reunión de ministros de Exteriores de la UE en la que se deberían perfilar los últimos detalles, según la secretaria de Defensa de Alemania, Siemtje Möller.

El jefe de la diplomacia europea espera que los países que no participen en la misión no la bloqueen y ha asegurado que en la reunión de este miércoles con los representantes de Defensa de los Veintisiete se ha esbozado un acuerdo político para llevar adelante la misión. “No todos los Estados miembros están dispuestos a participar, pero nadie obstruirá”, ha dicho Borrell. “Eso es lo que espero; los que no quieren participar solo tienen que echarse a un lado”, ha añadido al llegar a la reunión con los ministros de Defensa de la UE. Borrell ha asegurado que numerosas empresas europeas han reclamado la creación de Aspides (protección o escudo en griego) porque se están viendo afectadas por el incremento de costes derivados de los ataques en el mar Rojo. “Está afectando a los costes, así que afecta a los precios y la inflación. Es un esfuerzo natural para nosotros intentar evitar ese riesgo”, ha remarcado Borrell.

Francia, Italia (los dos países que tienen ya barcos en la región), Alemania, Países Bajos, Bélgica (que ya ha comprometido una fragata), Grecia y Dinamarca se han mostrado dispuestos a aportar material (buques, vigilancia aérea y medios técnicos) y personal a la misión, asegura una fuente comunitaria. “Lo importante es tener medios para el desarrollo de la misión, no solo para el lanzamiento, sino para mantener Aspides en el tiempo”, señala la fuente. La nueva operación podría costar unos 5,1 millones de euros al año y puede tomar como modelo la misión Agenor, liderada por Francia en el estrecho de Ormuz y con cuartel general en Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos).

A finales de diciembre, España rechazó que se encomendase a la misión Atalanta —creada en 2008 para luchar contra la piratería en las costas de Somalia y que tiene solo un buque, la fragata española Victoria— la tarea de patrullar la zona para apoyar a la misión estadounidense. Esto despertó algunas tensiones con Washington. España reclamó entonces un dispositivo europeo. El Ministerio de Exteriores y el de Defensa español han discrepado sobre la participación de España, pero el Gobierno de Pedro Sánchez se ha inclinado por la postura de Defensa, con la ministra Margarita Robles al frente, al rechazar participar de momento en una de las operaciones más comprometidas de la UE.

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La misión europea, que compartirá información (también secreta) con el operativo de Washington, se centrará en la protección de barcos, fundamentalmente europeos, que hayan reclamado la ayuda comunitaria, pero la situación en la región es volátil y muy compleja. La semana pasada y por segunda vez, EE UU y el Reino Unido atacaron múltiples objetivos en ocho localizaciones controladas por los hutíes, en represalia por los lanzamientos de cohetes contra barcos que el grupo considera de alguna forma vinculados con Israel.

La crisis ha llevado a algunas de las navieras más grandes del mundo a cambiar las rutas de los barcos que viajan desde y hacia Europa para alejarlos del mar Rojo y del golfo de Adén, y han apostado por que naveguen alrededor del cabo de Buena Esperanza, en África, a pesar del aumento de los costes y del tiempo (unas dos semanas) que esto supone. De hecho, el transporte marítimo de contenedores a través del mar Rojo cayó casi un 30% en un año, según datos de este miércoles del Fondo Monetario Internacional (FMI), en un contexto de ataques de los rebeldes hutíes.

“La situación en la seguridad marítima se ha deteriorado en las últimas semanas”, ha incidido Borrell. “La seguridad marítima es una cuestión clave”, ha asegurado también la ministra de Defensa belga, Ludivine Dedonder, en Bruselas este miércoles. Bélgica ha encabezado la reunión de Defensa, como presidencia semestral del Consejo de la UE.

El establecimiento de la misión se está haciendo muy rápido, ha afirmado Borrell. “Hay urgencia”, ha remarcado el jefe de la diplomacia europea que ha destacado que el rechazo inicial de España de reformular la misión Atalanta ha sido para bien. “Es una buena idea establecer una misión especial, ad hoc, una misión defensiva, de protección, eso hay que dejarlo claro”, ha añadido.

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