Un débat subterráneo sacude otra vez a Juntos por el Cambio : ¿Conviene ampliar ahora la coalición, que cambiaría otra vez de nombre para incluir a nuevos jugadores, o competir mano a mano con otros candidatos dejando los consensos para la hora de gobernar, si llega ¿este momento?. es un alcalde de debate en el que se mezclan visiones contrapuestas de cómo enderezar el barco escorado, necesidades políticas nacionales y regionales, y sensibilidades personales. Hay un tiempo que se angosta -el 14 de junio se deben inscribir las alianzas- y hay una elección clave en Córdoba el 25 de junio, un día después de que se oficialicen todas las candidatureuras.

Sí, clave porque Esta provincia es emblema de Juntos por el Cambio y porque allí está asentado Juan Schiarettiverdadero gobernador, que aspiraba a liderar en las elecciones la facción no kirchnerista del peronismo.

Varios factores exponen este debate. El primero de todos es que Juntos por el Cambio ha pasado de ser el favorito a triunfar en las elecciones a ser una de las coaliciones que debe comentar para llegar seguro a la segunda vuelta. Pero, también, debe ofrecerse como alternativa confiable ante una sociedad desesperada con una propuesta eficiente para enfrentar la enorme crisis económica y social. Simultáneamente, sacas la trampa de fortalecer el caballito de batalla de Javier Milei – la «casta» – que desacredita todo el sistema político, un juego demasiado peligroso.

En esta disyuntiva, dentro de Juntos por el Cambio, el internado del candidato presidencial impregna este paso y se expande del PRO al resto de militantes.

¿Qué es lo que se discute? Un programa de compromiso con Schiaretti, Randazzo, y otros peronistas qu’no aceptan la conducción de Cristina Kirchner, qui conducción d’un lema simple de que el que gana gobierna y el que pierde acompaña. Es decir un acuerdo que vaya más allá de la elección y pueda leerse como un consenso sobre algunas cuestiones clave de la situación argentina.

Esta ampliación significa que la disputa en las PASO se haría entre varios candidatos dentro de una coalición ampliada, con Schiaretti, Espert y, algunos arriesgan, los socialistas santafesinos.

El esquema que Schiaretti pretendía hacer crecer se lo explican él mismo a Facundo Manes, Gerardo Morales, Emilio Monzó y Carrió, entre otros.

Larreta, el gobernador jujeño y, afirman, Lilita, alentarían la idea. Tratan de sintonizar, también, con un proyecto que también brotó entre peronistas que apoyaron el gobierno de Fernández en su primer tramo.

Mauricio Macri y, sobre todo, Patricia Bullrich, oponen. No solo ellos: también ubican allí a Ernesto Sanz, uno de los arquitectos del acuerdo del radicalismo con el PRO, como impugnando esta idea que embora directentes pero a la vez provoca deserciones.

Macri dialoga con Schiaretti. Fue el único que recibió aquí a Martín Llaryora, candidato a gobernar Córdoba por el peronismo de Schiaretti. Este encuentro provocó la ira de Luis Juez, que cuenta en la provincia con JxC. Dos destacados en esta relación: el raid de Schiaretti no incluido a Macri entre sus interlocutores y la cuestión de la conveniencia de ampliar o no la coalición quedó en manos de los dos candidatos del PRO, Larreta y Bullrichsegún lo acordado en una reunión en la casa de María Eugenia Vidal en la que se pretendía rebajar la tensión interna.

Más allá de los grandes objetivos y de las grandes líneas, aparecen las necesidades. Para Larreta, se trata de su juguete más preciado: viene batallando con esa idea de ensanchar la base política para montarse sobre el potro chúcaro del gobierno. Pero se agrega otra cuestión no menor, su necesidad de dar un golpe de efecto que reimpulse su candidatureura. Está concentrado en lograr una buena ventaja en la provincia de Buenos Aires, donde los radicales están deshojando la margarita entre su candidatura y la de Patricia, y en entusiasmo por fuera del PRO y Cambiemos.

Bullrich no está para nada de acuerdo con ampliar la coalición. Cree que la participación de Schiaretti sólo servirá para confundir más la oferta de cambio que ella crea que la encarnada, error que puede beneficiar a Milei, y que es un «amontonamiento» de líderes sin atracción significativa de sectores sociales.

Básicamente, el razonamiento de Bullrich es futbolero: equipo que va ganando no se toca. El candidato, a quien López Murphy le ofrece acompañar en la fórmula, es seguro que conducirá a las sondas, que es el único que puede impedir el avance de Milei, y que esa propuesta de aumento responde más a la debilidad de Larreta que ha conocido fortaleza electoral.

Mañana, los presidentes de los partidos que integran Juntos por el Cambio debatirán si avanza o no la idea de amplificación.

Hay otra idea que parece no prosperar. Al final, habría competencia en el oficialismo, al contrario de lo que pretendían Cristina y Sergio Massa de ungir un candidato con una primaria simbólica, condición que el ministro había requerido para ser quien defienda la alicaída escudería oficialista. Sin Massa en la grilla, Wado de Pedro y Kicillof quedan como posibles candidatos. El gobernador quiso hacer una picardía cerrando su fórmula bonaerense con Magario. Duró un momento y debió caminar un metro hacia atrás.

De Pedro, además del apoyo explícito de Luis Barrionuevo, está tratando de crecer más allá de La Cámpora, uno de cuyos máximos directos, Máximo Kirchner, salió a conocer el mundo de la mano de Massa ya enséñale a los chinos que Perón era maoístaen los tiempos que Beijing lo que quiere hacer es negocios capitalistas El más rígido y autoritativo control internocuyo régimen el posible candidato a senador bonaerense encomendado en China.

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