«El teatro según Mishima», de Yukio Mishima, editado bajo la dirección de Keiichiro Hirano, traducido del japonés por Anne Bayard-Sakai, Patrick De Vos, Thomas Garcin, Alice Hureau, Corinne Quentin y Cécile Sakai, Atelier Akatombo, dos volúmenes bajo caja, 582 páginas, 39€.

El espectacular suicidio por suceso de Yukio Mishima, en noviembre de 1970, a la edad de 45 años, perjudicó su obra. Este seppuku (la «buena muerte» de los samuráis), que asombró al mundo y provocó un profundo malestar en Japón, dio lugar a un sinfín de interpretaciones (sublimación exaltada de la ética del guerrero, fascinación por el abismo, esteticismo de lo extremo…) que encubrían una obra proteica.

Mishima es uno de los autores más prolijos del siglo XXmi siglo: sus obras completas suman cuarenta y tres volúmenes, o unas 20.000 páginas… Pero, si muchas de sus novelas han sido traducidas, a menudo se desconoce en el extranjero que también fue un dramaturgo famoso y designado, autor de una treintena de piezas, algunos de los cuales han sido presentados en Francia, y un ensayista. Es esta brecha que la publicación de los dos volúmenes de la Teatro según Mishima viene a llenar.

La ambición de acercar al público francés la riqueza y el poder de la obra teatral de Mishima a través de la traducción inédita de escritos teóricos, comentarios sobre arte dramático y cuatro obras de teatro es el resultado de una serie de iniciativas convergentes.

Primero, el de un editor, Frank Sylvain, que dirige las ediciones Atelier Akatombo, el iniciador del proyecto. Pero también las de cinco especialistas y traductores de la literatura japonesa contemporánea, el novelista japonés Keiichiro Hirano, gran admirador de Mishima, y ​​Thomas Garcin, profesor de estudios japoneses en la Universidad de Paris Cité, especialista en Mishima y en la historia intelectual de la posguerra. war Japan, que lideró el proyecto junto a Corinne Quentin, gran conocedora de la literatura japonesa contemporánea.

“Mishima fue un observador y crítico de su tiempo”

“Antes de sus andanzas ultranacionalistas, Mishima fue un observador y crítico de su tiempo que se dedicó a una profunda reflexión sobre el teatro, el arte y la novela. Novelista y dramaturgo, fue también teórico de su obra, observa Thomas Garcin. Sus ensayos teóricos sobre el teatro también nos permiten comprender mejor su manera de pensar la novela. A partir de la década de 1950, tras la publicación de confesión de una máscara [Gallimard, 1971 ; rééd. 2019]novela admirable pero mal estructurada, buscó clarificar su estilo bajo la doble influencia de Ogai Mori [1862-1922] –un escritor que abrió nuevos caminos a la novela– y el teatro clásico francés, empezando por el de Racine. »

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