A Luego de una turbulenta sesión pública, el proyecto de ley para proteger el grupo Electricité de France (EDF) de un desmembramiento, apoyado por el Partido Socialista, fue adoptado en primera lectura el 9 de febrero, por los diputados de Nueva Unión Popular Ecológica y Social (Nupes), Agrupación Nacional (RN) y Republicanos (LR). Si la mayor parte de los debates se centró en la ampliación del escudo arancelario, el texto prevé sobre todo la nacionalización de EDF, ya en un 84% propiedad del Estado.

» Artículo 1oh. Se nacionaliza Electricité de France. » El símbolo es fuerte. La fórmula se hace eco de la nacionalización de la electricidad y el gas en 1946 y las grandes nacionalizaciones de 1982, que siguen siendo momentos importantes en la memoria política francesa. A través del proceso de nacionalización y por iniciativa de la oposición, lo que estaría en marcha es una verdadera reforma del servicio público de energía.

Ante la fuerza del símbolo, casi olvidaríamos lo esencial: esta ley de nacionalización muy probablemente será inútil. Al mismo tiempo, el gobierno finalizó su oferta pública de adquisición que le permite poseer todo el capital de EDF. La operación debe completarse a más tardar a principios de mayo, mientras los jueces resuelven las apelaciones de los accionistas.

La nacionalización conlleva la transferencia, por autoridad, por ley, de la propiedad de una empresa al Estado. Pero el Estado también puede optar por adquirir participaciones en empresas por procedimientos de derecho común. Esto es lo que el gobierno está haciendo actualmente con su oferta pública de adquisición.

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Procesos diferentes, pero el resultado es el mismo: el Estado tendrá el 100% del capital de EDF. Sin embargo, a diferencia de la oferta pública de adquisición del gobierno, el texto adoptado por la Asamblea abre la posibilidad de una participación de hasta el 2% en el capital de EDF a favor de sus empleados.

Un problema constitucional

Sea como fuere, la ley corre el riesgo de adoptarse definitivamente cuando EDF ya sea propiedad total del Estado tras la OPA. ¿Puede una ley prever una nacionalización que lógicamente ya no es posible, dado que la empresa ya es enteramente propiedad del Estado?

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Esta inconsistencia plantea un problema constitucional: la ley está destinada a dictar reglas y por tanto debe tener un alcance normativo, como nos recuerda el Consejo Constitucional. Este ciertamente no es el caso con una ley que nacionaliza en el vacío. Además, con una ley de nacionalización gratuita, se corre un gran riesgo de abusar del instrumento mismo de la nacionalización, expresión por excelencia de la soberanía del Estado en la economía.

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