La tregua durará un día más, hasta la mañana del viernes, cuando se cumple una semana de alto el fuego. Tras horas y horas de negociaciones y cuando la amenaza para retomar los bombardeos alcanzaba el fin del acuerdo pactado, Israel y Hamás anunciaron a primera hora de este jueves (en torno a las seis de la mañana en la España peninsular) que ampliaban 24 horas más el alto el fuego. También informó de ellos el Ministerio de Exteriores de Qatar. Se trata de la segunda vez que se consigue extender el cese de hostilidades, que en un primer momento fue de cuatro días (de viernes a lunes), al que se añadieron dos jornadas más (martes y miércoles).

Los negociadores de Qatar y Egipto apuran las horas ganadas al conflicto para tratar de arañar una nueva ampliación, en este caso de dos días, según informaron fuentes oficiales egipcias. La noche del miércoles al jueves ya transcurrió en medio del esfuerzo de los países negociadores con Qatar como principal escenario donde limar las diferencias entre los principales actores de la guerra que se libra desde el 7 de octubre.

Mientras tanto, el secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, viajó a Jerusalén, en su tercera visita a Israel desde el inicio de la contienda, y afirmó este jueves ante el presidente Isaac Herzog: “El proceso está dando resultados. Es importante y esperamos que continúe”.

Posteriormente, el primer ministro Benjamín Netanyahu, le agradeció a Blinken, su “apoyo desde el principio” en la guerra para acabar con Hamás y liberar a los más de 240 rehenes que el movimiento fundamentalista se llevó secuestrados a Gaza. Netanyahu pidió al jefe de la diplomacia estadounidense abordar la “siguiente fase” del conflicto sin especificar a qué se refiere. Blinken se desplazará después a Ramala, capital administrativa de Cisjordania y sede de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).

El anuncio del día adicional de tregua coincide con un repunte de la violencia tanto en Jerusalén como en Cisjordania. En Jerusalén, un ataque reivindicado por Hamás con armas de fuego junto a una parada de autobús ha causado la muerte de tres viandantes y dos atacantes, según los servicios de emergencia y fuentes policiales. Los dos eran hermanos, residentes en Jerusalén Este, expresos en cárceles de Israel y miembros de Hamás, según los servicios secretos de Israel. Se trató de una “respuesta a los crímenes sin precedentes cometidos por la ocupación”, según informó el movimiento fundamentalista al atribuirse la operación.

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“Es el mismo Hamás que perpetró la terrible matanza del 7 de octubre y el mismo Hamás que está tratando de asesinarnos en todas partes”, ha señalado Netanyahu tras reunirse con Blinken. “Hemos jurado, he jurado, eliminar a Hamás. Nada nos detendrá”, le ha comentado el primer ministro al jefe de la diplomacia de EE UU, según un comunicado de su oficina. “Mantendremos esta guerra hasta que logremos los tres objetivos: liberar a todos nuestros rehenes, eliminar por completo a Hamás y garantizar que ninguna amenaza como esta vuelva a provenir de Gaza”, añadió.

En cuanto a Cisjordania, el ejército israelí ha llevado a cabo esta mañana una incursión en Tulkarem y su campo de refugiados. Las tropas accedieron con excavadoras causando daños en viviendas y vehículos, desplegaron soldados con unidades caninas y posicionaron francotiradores en algunos edificios, según la agencia oficial palestina Wafa.

El Gobierno de Israel ha anunciado que seguirá entregando armas a los civiles, según ha confirmado Netanyahu en un comunicado a través de la red social Telegram. “Es una medida que ha demostrado su eficacia una y otra vez en la guerra contra el terrorismo asesino”, dijo el mandatario después de que algunos ciudadanos emplearan sus armas de fuego para hacer frente a los atacantes en Jerusalén.

Antes, el ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, tras visitar el lugar del ataque, ha insistido ya en su propuesta de entregar más armas a la población, algo que viene haciendo en las últimas semanas. “A los ciudadanos que neutralicen a los terroristas ya no se les confiscarán las armas gracias a mi reforma”, dejó escrito en su perfil de la red social X (antes Twitter). “A demasiados héroes que mataron a terroristas amenazantes se les revocaron las armas. ¡Los ciudadanos que se defienden merecen un premio! No la confiscación”, añadió. Ben Gvir es de los integrantes más extremistas y más críticos con la tregua del Gabinete de Netanyahu.

Itamar Ben Gvir, en el centro, visita el lugar del atentado de este jueves en Jerusalén. ABIR SULTAN (EFE)

La tregua, sin embargo, sigue su curso. El ejército israelí señaló a primeras horas de este jueves mediante un comunicado: “A la luz de los esfuerzos de los mediadores para continuar el proceso de liberación de los rehenes y de acuerdo a los términos de lo acordado, la pausa operativa continuará”. Eso permitirá liberar a lo largo del jueves a 10 rehenes más, todos mujeres y menores, de los que se encuentran en manos de los milicianos. Dos de ellos estarían ya en manos del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), organismo que supervisa los canjes, según un portavoz militar israelí.

Los obstáculos habían aflorado a lo largo de la noche, a medida que se avanzaba hacia la hora del toque de campana que daba paso a la posibilidad de nuevos ataques. El movimiento fundamentalista había anunciado que Israel se negó a aceptar otros siete rehenes, mujeres y niños, junto a los tres cadáveres de sus ciudadanos —también mujeres y niños de una misma familia que el miércoles dio por muertos—, según el diario israelí Haaretz. Ese era su ofrecimiento como garantía para ese día añadido de alto el fuego.

Esos tres cuerpos pertenecen a Shiri Bibas, de 32 años, y sus hijos, Ariel, de cuatro, y Kfir, de 10 meses, cuya muerte en un bombardeo israelí anunció el miércoles Hamás. Este jueves se une a esa lista la de otro rehén, Ofir Tzarfati, que fue secuestrado en el festival Supernova el 7 de octubre y cuyo fallecimiento han comunicado a la familia las autoridades.

Un séptimo canje de rehenes y prisioneros

La nueva prórroga del cese de las hostilidades permitirá un séptimo canje de rehenes por prisioneros y dará unas horas más de respiro a los habitantes de Gaza. Así, el temor que muchos de ellos definían en redes sociales como una “pesadilla” ha quedado, si no disipado, al menos pospuesto, con el anuncio del nuevo compromiso. Los términos del acuerdo son similares a los que han estado en vigor estos seis días y sus puntos principales siguen siendo, además del cese de los bombardeos, la liberación de rehenes en manos de Hamás y de otros grupos en Gaza a cambio de la excarcelación de presos palestinos y la entrada de ayuda humanitaria en la Franja. Quedan todavía en torno a 145 rehenes en el enclave mediterráneo palestino.

El canje incluía inicialmente solo a mujeres y niños por ambas partes y un buen número de ellos —75— ya han sido liberados desde el pasado viernes, al igual que varones extranjeros cuya liberación se ha producido fuera del canje entre Hamás e Israel. Entre las discusiones sobre la mesa está la posibilidad de que se exigiera a Hamás que empezara a entregar rehenes varones israelíes y a militares de ambos sexos.

Al mismo tiempo que sigue negociando la extensión de la tregua, el Gobierno israelí continuó insistiendo en su propósito de continuar con su ofensiva contra Gaza, donde el ejército ya ha matado a casi 15.000 gazatíes, según el Ministerio de Sanidad de la Franja.

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