Un viaje en Ouigo no proporciona las mismas sensaciones que en un TGV clásico. “La primera diferencia fundamental es la ausencia de vagón bar. Así que trae un picnic y agua. Tampoco hay papeleras individuales, sino una por habitación y parece un monstruo. Solo se permite equipaje de mano, debajo del asiento, y las tomas de corriente son extra »testifica Juliette Duboc, de 34 años, acostumbrada a viajar entre París y Marsella en Ouigo, la marca » bajo costo « de la SNCF.

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A pesar de estas condiciones más bien espartanas, el concepto atrae. Desde el lanzamiento del servicio entre Marne-la-Vallée (Seine-et-Marne) y el sureste de Francia, en abril de 2013, se han realizado nada menos que 110 millones de viajes con Ouigo, incluidos 60 millones desde 2020. La número de destinos atendidos continúa creciendo, con alrededor de cincuenta hasta la fecha.

Los trenes de color rosa caramelo y azul pastel atraen a los viajeros de bajo coste. “Uno de cada dos viajeros paga menos de 25 euros y solo un 15% más de 50 euros”, explica Alain Krakovitch, director de TGV-Intercités en SNCF. Ouigo avanza un alto grado de ocupación, 80% entre semana, 90% los fines de semana, e incluso 95% para París-Perpiñán en servicio desde el 25 de marzo. La low cost no llena las arcas de la SNCF, pero se mantiene “en equilibrio, teniendo en cuenta las inversiones actuales”especifica Jérôme Laffon, director de Ouigo.

Precios bajos y transporte eco-responsable

Le maintien de prix avantageux s’explique par une maintenance de nuit, une rotation plus fréquente des rames, qui effectuent 700 000 kilomètres par an, le double des TGV classiques, et l’optimisation de l’espace dans les voitures, comme le constatent los viajeros. Por otro lado, la SNCF asegura que las múltiples opciones, equipaje adicional, elección de asiento o canje de billetes, sólo representan “6% de los ingresos frente al 30% de las aerolíneas de bajo coste”.

El éxito de Ouigo se enmarca en un contexto de recurso «desinhibido» a los productos más baratos, continúa Jérôme Laffon. Pero, a diferencia de otros sectores, el tren de bajo coste no crea en el consumidor un dilema de culpabilidad entre el bajo precio y el alto coste ambiental, «porque el tren es naturalmente eco-responsable»él dice.

SNCF espera pasar de 24 millones de viajes en 2022 a 50 millones en 2025, desarrollando la oferta. El servicio estará dotado de nuevas imágenes en 2025, unas cincuenta en total, frente a las 38 actuales. Serán, como los actuales ejecutivos, vehículos de unos quince años, completamente reorganizados y renovados. Podrían acomodar a 653 pasajeros frente a los 634 actuales, y allí se instalarán ganchos para poder suspender las bicicletas. Estos espacios reservados, esperados con impaciencia por los aficionados al ciclismo, son una opción de pago, cuyo precio aún no se ha fijado. En el vagón del medio del tren, donde los clásicos TGV tienen un bar, se habilitará un espacio de convivencia, pero no de catering. Siempre debes traer tu picnic y botella de agua.